Las huellas que tus besos han dejado,
la vida diluyó sin mi permiso,
y es sólo mi recuerdo que no quiso,
matar aquel amor que has olvidado.
Mis ansias no son parte del pasado,
no gozan del perdón o decomiso,
son brisas de un lejano paraíso,
en donde tú pecaste y yo te he amado.
Renaces con el sol de la mañana,
me ciegas con la luz del mediodía,
y vuelves a morir en el ocaso.
En sueños te concedo la amnistía,
que vuelvo a derogar al sonar diana.
Me aferro a la esperanza del fracaso.
Kmo estamos mi servidor
ResponderEliminarGrande, Maestro!!!Un soneto que no sólo me deleitó leer, sino que he reído de tanta creatividad y la ironía humorística. Grandiosos versos
ResponderEliminarPrecioso soneto Miguel, cómo usted nos tiene acostumbrados.
ResponderEliminarBelo soneto! Parabéns!
ResponderEliminarHola amigo es un verdadero gusto leerte, te felicito por tus éxitos, adelante...Tu amigo Cipriano Yrigoyen T.
ResponderEliminarque puedo decirte que ya no sepas..leerte es un placer ..tus palabras son claras sin rodeos y me llegan...flicidades.....un beso
ResponderEliminarHola amigo lo felicito y es un verdadero gusto leerte,
ResponderEliminarBello
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