Flor silestre en la pradera
quebrando el verde profundo,
aromando soledades,
de los olvidos del mundo.
Sólo te riega el rocío
de las lágrimas del cielo,
por tantos soles que mueren
de angustia y de desconsuelo.
No te solemos mirar,
porque el iris te ha olvidado,
pero eres sólo amor
sin futuro ni pasado.
Fuente de mil pasiones,
manantial de desengaños,
te critican puritanos,
dueños de los rebaños.
Tu vives en soledad,
y tu muerte es en silencio,
por tu virtud, te venero,
por tu luz, te reverencio.