Mi rioba

Soy hijo de la muerte y de la villa ,

de los bichos colorados y su gente.

Nací entre tanos, gallegos y paisanos,

rubios polacos e indios hermanos.

Aprendí el lunfa , hablando al vesre,

cuando la yeca me dio el chamuyo;

fue la troesma de la alta escuela,

y me hice poeta versando a un yuyo.

Jugué con soldaditos, bolitas y al balero,

mientras mis sueños volaban

sobre entramados de cañas y papeles.

Con la de trapo tronco, profesional de arquero,

en carnaval la murga y en Pedro y Pablo , el fuego.

No había cementerios en vida para abuelos,

bajo altos parrales, en viejas reposeras,

con humedad en sus ojos,

recordaban historias y olvidaban desvelos.

Varios amigos, ya son estrellas del azul cielo,

y me baten saludos con guiños y parpadeos;

son los purretes,

el “negro” Tito o el “gordo” Quevedo,

que sin aviso un día, se piantaron,  levaron vuelo.

Nací en la esquina , donde se juntan,

quienes fueran pilares del arrabal :

Chacarita la humeante , Villa Crespo,

y la cuna del arte…, La Paternal.