Domingo de otoño en la ciudad,
con lluvia
cansina y permanente;
él deambula solitario entre la gente,
busca en vano,
que es mentira y que es verdad.
El agua
enfría su osamenta,
su mente
se refugia en el pasado,
donde la vida
era amar y ser amado,
y hoy,
es espectro del dolor en la tormenta.
Por fin concluye su camino,
entre tanta soledad desesperada,
encontrando
en el cofre de la nada,
que la respuesta
está escrita en el destino.
Primeramente gracias por pasar por mi blog y comentar. Con respecto al texto muy bueno "en el cofre de la nada" me pareció una imagen genial.
ResponderEliminarabrazos totales.
Que buena que està esta poesia, me encantò!
ResponderEliminarLeí tres veces este poema y encuentro la expresión propia de un gran escritor.
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