Nuevamente bate alas el gorrión,
información genética de vuelo;
el rostro adusto irradia el carcelero,
los pecados no son parte del perdón.
Fueron años que imperó la sinrazón,
oculta la verdad tras negro velo;
fueron años de muerte y desconsuelo,
no conoce del amor su corazón.
Los pichones los criaron los ajenos,
ignorantes de soles y de cielos,
entre barrotes de oro y venenos.
Pero bandadas libres de recelos,
serán ecos de silenciados truenos,
regando amor, con lágrimas de duelos.
Hermoso poema, donde se fusionan el dolor y la esperanza.
ResponderEliminarGenial amigo, me encantó este soneto tan bien logrado
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